SOBRE LA OBSESION DE COLOCAR CUBIERTOS DE POSTRE EN TODOS LOS SITIOS DE COMENSAL.
Cuando tratamos el tema cubertería necesaria para la mesa, debemos diferenciar primero si se trata de una recepción en una casa, o en un lugar público como hoteles o restaurantes. Bajo esta premisa debemos considerar lo siguiente:
Si es una recepción doméstica y no hay personal de servicio, los cubiertos de postre se colocarán desde el principio de la “mise en place” (puesto en el lugar), de modo que la señora tenga un paso menos que realizar el momento de atender a sus invitados. Si hubiere personal de comedor, éste debe traer los cubiertos conjuntamente con el postre.
Si el arte de comer se realiza en un comedor público, en el que descontamos que habrá personal servicio, deberán ellos acercar los cubiertos necesarios en el momento de presentar el plato dulce. No es correcto que estén emplazados antes.
Entiendo que estará pensando –estimado lector- que siempre están como parte del dibujo del sitio de comensal, lo sé. Pero como me comentara alguna vez un eximio profesor que tuve: “lo malo no justifica lo pésimo”. Que este error sea recurrente no significa que esté bien.
Por su parte en los eventos, con el afán de abaratar costos y siendo la copa helada el postre universal y actualmente aceptado en reuniones de invierno como lógicamente estivales, se recurre a presentar el helado con una sola cuchara acompañándolo con una oblea, que suple el tenedor auxiliar. Claro está, porque siempre los cubiertos de postre son dos mínimos o tres máximos, pero nunca una solo.
La razón por la cual no se colocan cubiertos de postre en la mesa si no hay personal de comedor, es simplemente, para que no estorben innecesariamente. Misma instancia que se observa al retirar todo lo salado antes de servir el plato de sabor dulce o agridulce que se toma al final de las comidas.
Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro
Presidente del Instituto CAECBA
@ProfesorGavaldá
