Sin familia no hay educación
Nuestro mundo occidental atraviesa un tiempo difícil en cuestión de cortesía y normas de urbanidad. Se ha subestimado durante tanto tiempo el arte de la convivencia que estamos involucionando socialmente.
La sociedad se expresa por la cultura y la educación que tiene o deja de tener.
Habrá notado conmigo, improbable lector, que cada generación que se suma, trae consigo un mayor desapego a las expresiones de buena educación, a pesar de ello, estamos aún a tiempo de revertirlo. Epopeya diaria, que implica un gran esfuerzo por cierto; pero podremos lograrlo. Es triste escribirlo, pero es así.
Quienes tenemos o ejercemos responsabilidades, y somos referentes (sea como padres, hijos, educadores, funcionarios, empresarios, empleados, etc.) debemos comprometernos y esforzarnos por mejorar y optimizar esta realidad. Como muchos dicen ahora: ya no se piensa en qué país dejamos a nuestros hijos, sino en qué hijos dejamos a nuestra patria.
Reitero lo que expresara en reiteradas ocasiones: el hombre es 50% aptitud y 50% actitud, por haber priorizado el enfoque en la primera mitad, hemos descuidado la otra importantísima mitad, único capital válido para aquel que desea triunfar en el presente y proyectarse en el futuro. El primer 50% lo brinda, en mayor o menor medida el Estado, a través de la instrucción; el resto compete a cada Familia. Sin familia no hay educación.
Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro
Presidente del Instituto CAECBA
@ProfesorGavalda
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