REMOZADAS TRADICIONES DE FIN DE AÑO
Los seres humanos tenemos una relación “especial” con el tiempo; Cronos adquiere especial importancia en nuestra finita existencia terrenal. Las horas pasan volando, tal como se dice comúnmente. La administración del tiempo siempre inquietó a los mortales, calendarios diversos han querido explicar lo que al Sempiterno no le preocupa.
Siendo diez pasamos a doce meses, los Emperadores romanos Julio y Augusto han dejado su impronta, como así también lo hiciera el papa Gregorio; hasta llegar a los británicos quienes establecieron la línea imaginaria que une los dos polos llamada de Greenwich (meridiano de éste nombre). Los habitantes de estas islas han hecho un culto a la administración del tiempo con la observación de la puntualidad, columna vertebral del ceremonial social y primera muestra de respeto en la convivencia.
A la puerta de un nuevo cierre de año e inicio de otro, quiero rescatar los ritos y rituales que humanamente establecidos, continúan remozados determinando la finalización de una etapa y principio de otra.
Socialmente son variadas las expresiones: roturas de carpetas en egresados, arroz para quienes se casan, agua y harina para los graduados y un largo etcétera; pero ahora someramente nos dedicaremos a enumerar las principales tradiciones en torno al fin de año:
1. Comer doce uvas a las 0 h del día 1 de enero con cada campanada: tradición francesa, prolongada en España y trasladada a América. Reúnen las principales intensiones o deseos para el año que se inicia. Se auto proponen, por eso se expresan interiormente. Las uvas fueron reemplazadas por pasas de uvas, cerezas y similares.
2. Lucir una prenda íntima de color rojo: tradición italiana para que las señoras presagien un mejor porvenir, tergiversada a una prenda de color rosa (rosso en italiano es rojo). Con el tiempo se sumó que debe ser regalada en Navidad para ser lucida en la cena del 31 de diciembre.
3. Lucir alguna prenda nueva: como símbolo de lo nuevo que vendrá con el tiempo a iniciarse. De Bahía, Brasil desciende a estas latitudes sudamericanas la costumbre ligada a los pedidos de paz y pureza a la Stella Maris, llamada Yemanjá para el culto afroamericano. Lucir una prenda blanca también aleja potenciales enfermedades.
4. Quemar lo viejo para recibir lo nuevo: antigua costumbre pagana ligada a los solsticios y al fuego como purificación de los viejo y renovador de vida en lo nuevo. Se expresa en algunos lares con muñecos alegóricos. Es un rito comunitario.
5. Organizar la agenda: mas urbano y cívico nace de la necesidad de realizar un balance y se proyecta en la determinación de las principales reuniones o compromisos para los 364 días vinientes. Generalmente se realiza en privado en la tarde del 1 de enero o días subsiguientes e inmediatos.
A estas cinco principales tradiciones se suman cábalas, entre las que se distinguen:
a) Comer lentejas: con el calor de estas latitudes no se aconseja un plato entero pero sí al menos una cucharada. Para pedir prosperidad, es una costumbre diseminada por varias latitudes del globo.
b) Barrer con una escoba hacia afuera, como quien quiere alejar de su hogar lo malo del año pasado.
c) Caminar con una valija en derredor de la manzana o de la mesa: para presagiar un año lleno de viajes y buenos momentos.
d) Encender a las 0 h del 1 de enero todas las luces de la casa: para atraer abundancia y éxito.
e) Brindar en un lugar elevado, arriba de una silla o escalera por ejemplo: para que el nuevo año vaya siempre hacia arriba, en ascenso.
Apagadas, adormecidas o en plena vigencia estos ritos y cábalas sociales nos ayudarán a marcar en símbolos tangibles la etapa que concluye y la nueva que se inicia, aunque el 31 de diciembre de 2021 sea igual al 1 de enero de 2022.
El tiempo no cambia, pero sí cambia lo que hacemos nosotros en ese tiempo. El éxito está en cómo lo administremos. ¡Feliz año nuevo!
Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro
Presidente del Instituto CAECBA
www.caecba.com
@ProfesorGavalda
Comments