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¿ES POSIBLE SOCIALIZAR DEMOCRATICAMENTE SI NO ES A TRAVES DEL PROTOCOLO?.



Ante tal interrogante: mi respuesta no es plenamente afirmativa ni plenamente negativa; sociabilizar depende de muchos factores, sobre todo culturales. Todos los individuos aprendemos, en menor o mayor medida, con mayor o menor alcance, de manera correcta o incorrecta, una inicial enseñanza y educación que proviene de nuestros padres, es decir, de nuestros primigenios profesores de ceremonial y protocolo. Ellos, nuestros padres, nos dan a conocer y valorar y nos proponen asimilar las normas que convencionalmente son estipuladas como válidas por la sociedad civilizada.


Pertenecemos a una cultura y la transmitimos por el factor de la tradición, oral o escrita. Pero… ¿qué tipo de hábitos y costumbres transmitimos? ¿Son los válidos para desempeñarme con éxito en la interacción social?. Creo sincera y humildemente que cada vez menos y peor. El acceso a la cultura hoy es altamente democrático en tanto y en cuanto hay posibilidades de acceso a la misma que hace unas décadas eran impensables conseguir…pero ¿tenemos la suficiente capacidad de discernimiento para elegir bien? Vuelvo a creer que mayoritariamente no. Tener acceso no significa adentrarse en la misma.


El ceremonial y el protocolo han sido y son las únicas herramientas de optimización de nuestra existencia. No lo brinda ningún otro arte. Recordemos que somos un 50% aptitud y otro 50 % actitud. La moral de la actitud es lisa y llanamente el ceremonial que nos dice qué es lícito hacer y qué no, qué es licito decir y qué no, en donde es lícito estar y en donde no.


Todos, aunque no queramos reconocerlo, nos regimos por un protocolo: nos aseamos, nos vestimos, saludamos, presentamos un C.V., comemos dos comidas principales y dos secundarias por día, escribimos, etc. etc. etc. Todos somos social y democráticamente seres interactivos y comunicativos, pero… algunos lo harán bien y otros lo harán mal, algunos sabrán que se trata de protocolo, otros no y simplemente le llamarán cultura; y, como parte de la cultura, el ceremonial y el protocolo deben ser bien y democráticamente transmitidos y compartidos, tanto por la familia que educa como por las instituciones educativas que instruyen, como así también por la sociedad que los necesita, consciente o inconscientemente, como oxígeno vital para las relaciones –complicadamente- humanas.


Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro

Presidente del Instituto CAECBA

Miembro fundador de la Asociación Argentina de Protocolo


@ProfesorGavalda

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