EL LEGADO DE LA BARONESA DE STAFFE
El ceremonial como ciencia práctica, organizadora y comunicacional tuvo en la aristócrata Blanche-Augustine-Angèle Soyer, conocida como Baronne Staffe o de Staffe (nacida en 1843 y fallecida en su Francia natal en 1911), una de sus mayores compiladores y preclara transmisora del arte de saber vivir.
Es un bets-seller su obra « Usages du monde: règles du savoir-vivre dans la société moderne », entre otras tantas obras de su autoría, donde plasmaba su conocimiento cortesano, fuente de su sustento diario como lo ha sido también dictar clases a la burguesía emergente la que mucho tenia de cuentas bancarias pero poco de habilidades de sociedad. Algo parecido sucede hoy con la plutocracia que nos abruma en su pedantería sin cuna; pero esa es harina de otro costal.
Lo cierto es que muchos nobles sobrevivieron gracias a sus conocimientos y saberes, siendo referentes para quienes querían y aún quieren perfeccionar su vida de relación. Muchas nobles en el exilio fueron institutrices de niños en la « belle epoque » hasta de la parisina Buenos Aires.
El legado de la Baronesa de Staffe llega hasta hoy en una simple asociación de colores. Los niños utilizan azul y las niñas rosas, pero… ¿de donde deriva ello ? pues de la Baronesa quien en sus escritos legó un consejo que pretendo narrar seguidamente:
Como en aquella época la gente nacía y moría en sus recámaras, para el primer caso las « comadronas » adquirían notable protagonismo al momento de que un niño vea la luz, la madre en el mejor de los casos debía guardar cierto reposo para restaurar fuerzas, dependiendo del estado que había quedado pos alumbramiento. Para el día de visita, aquel que se daba a conocer en las tarjetas de sociales de antaño (hoy ya no obviamente) todo se preparaba para recibir amigos y familiares quienes expresaban sinceras felicitaciones y acercaban los primeros regalos para ambos, me refiero a la madre y a su hijo. Al recibir, según la baronesa de Staffe, la mamá debía lucir algo alusivo al sexo del niño alumbrado, por ejemplo en el cinto del deshabillé; de este modo la visita estaría comunicada del sexo del niño. Se llegada de visita luego de la conformidad de la familia la que era percibida cuando se recibía la participación del nacimiento del niño, escrito que también podía tener en uno de sus ángulos una cinta del color del sexo de la criatura. El niño siempre vestía de blanco, y aún hoy lo hace en el día de su bautismo.
La débil tradición llevó a tergiversar la realidad haciendo lucir el color a los niños y no a sus madres. A la baronesa de Staffe se le debe también el grado y forma de lucir luto.
Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro
@ProfesorGavalda
Presidente del Instituto CAECBA
Miembro fundador de la Asociación Argentina de Protocolo
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