El “IUS OSCULI” una curiosa norma romana.

Las reglas y normas de urbanidad existieron desde que el hombre decidió vivir y convivir en sociedad.
Cada latitud del orbe estableció sus formas y expresiones, así fue como en la antigua Roma permaneció vigente durante mucho tiempo una curiosa norma; la misma establecía que toda mujer casada estaba obligada a dejarse besar en los labios por su marido, y si no estaba casada, por su padre y sus hermanos, siempre que lo solicitaran.
Se trataba del "Ius Osculi" (derecho del beso), una tradición introducida por el derecho romano.
Este gesto “cariñoso” permitió a los miembros masculinos de la familia controlar el aliento de la mujer, para asegurarse de que no había bebido vino, ¡ya que beber vino para las mujeres era igual a cometer adulterio!
Y si los hombres encontraban rastros de vino en la mujer, ella era juzgada por el delito cometido (ya sea en el tribunal o en el hogar), donde el marido actuaba como juez, parte y verdugo, y con el consentimiento de los familiares, se ejecutaba la sentencia, llegando al extremo de castigarla con la muerte al ser acusada de un delito capital.
"Cualquier mujer excesivamente ávida de vino cierra la puerta a la virtud y la abre al vicio", escribió Valerio Máximo en el siglo I a.C.
En la actualidad, el ósculo es una forma de saludo reservado al ámbito familiar o amistoso, siendo una forma de saludo íntimo y no protocolar. Su concepción habitual es pensarlo en la mejilla pero los hay también en las manos, la frente y otras expresiones; expresiones que dependerán del entorno socio-cultural de cada cual.
Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro Presidente del Instituto CAECBA Miembro Fundador de la Asociación Argentina de Protocolo
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