El Ceremonial y el Protocolo no escapan al "fenómeno de orientación espacial"

Los científicos definen como el “fenómeno de orientación espacial” a aquella situación en donde ciertos ojos lo ven todo de una manera correcta, pero su cerebro lo da la vuelta. En el saber criollo lo llamaríamos simplemente "las cosas al revés".

Tal es el caso que ilustra el presente pensamiento: el sol del Pabellón está al revés.

Desde el punto de vista vexilológico y protocolar, las Banderas de Ceremonias emplazadas en un pie fijo o bien portadas por un abanderado, deben estar desplegadas al vuelo, es decir: desde el asta al batiente. Cuando así se hace el paño denotará inmediatamente y a todas luces la posición correcta del sól.

No es lo mismo colocarla para un lado o para el otro. La posición correcta del Símbolo es con la expresión del rostro tal cual lo concebimos: frente y ojos para arriba y nariz y mentón hacia abajo. Obvio y de perogrullo ¿no?.

Amén de ello, los funcionarios públicos deberían abandonar la idea de darse aire con despachos adornados con la Bandera Nacional de Ceremonia. Le dan la espalda y como en este caso, faltan a su decoro y respeto poniéndola invertida. Demás está subrayar que los Símbolos Patrios no son elementos decorativos de ningún lugar.

Para estos casos es dable colocar una pequeña Bandera Nacional de escritorio, en el extremo derecho del mismo, entre el funcionario y quien o quienes lo visiten o vean. Así el Símbolo estará entre ambos.

Cada cosa en su lugar y en su justa y adecuada medida.

Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro

Presidente del Instituto CAECBA

@ProfesorGavalda

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