EL BIDET: DE ORIGEN FRANCÉS Y LA PARADOJA DE SER EL LUGAR DONDE HOY CASI NO SE LO USA

Hasta el presente, no hay consenso de su origen, muchos lo sitúan en Europa en plena Edad Media. Más allá de las conjeturas históricas, fue el Marqués de Argenson, un Ministro del rey Luis XV, quien en sus memorias relata: “un día, al ser recibido en audiencia por Madame de Prie, se la encontró sentada a horcajadas en un curioso mueble en el que se disponía a lavarse sus partes íntimas”, al parecer al mismo tiempo que se predisponía a hablar con él.
Fue la primera mención escrita que se tiene sobre el bidet. Su nombre proviene del francés antiguo; bidet se refería a un caballo pequeño parecido a un poni, hoy extinto, que usaban las damas y niños de la nobleza para sus paseos. Más precisamente el bidet fue un caballo robusto y panzudo, que se utilizaba indistintamente para montar, para carga o para el tiro. En Francia, la mayoría de caballos bidet eran de Bretaña o Morvan. Bidet entonces: refiere a la posición en la que hay que sentarse para su uso, igual que cuando cabalgaba esos equinos.
Cuando tener bañera propia era un lujo, que muchas veces ni los nobles podían dárselo, el bidet fue un elemento de higiene íntima indispensable para toda persona que se considerase aseada.
Ciertas damas, llegaron a utilizarlo como método anticonceptivo y preventivo de enfermedades venéreas. Su uso anticonceptivo no era ningún secreto: a la reina de Nápoles María Carolina de Habsburgo-Lorena, quiso instalar uno en su palacio de Caserta, pero le hicieron notar que eso podía darle mala fama ya que se trataba de un “instrumento de meretriz”, advertencia que ella ignoró.
En el siglo XVIII el bidet se popularizó entre la clase noble francesa y luego italiana para posteriormente difundirse en países del sur de Europa.
La segunda mitad del siglo XIX trajo consigo el agua corriente en las casas y con ella la ducha, esta instancia hizo mermar el uso del bidet, a pesar de que Italia y Portugal habían hecho obligatoria su instalación en los baños.
El emperador Napoleón lo usaba para aliviar el escozor en las posaderas y los muslos después de cabalgar, dejando en herencia su preferido bidet rojo a su hijo; así sin quererlo dio nuevamente popularidad y uso entre la nobleza franca.
A pesar de ello en la actualidad Francia casi no se lo utiliza, prueban dan los hoteles que según me constara personalmente solo en el Ritz puede encontrarse. El resto de los hoteles, bien, gracias.
Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro
Presidente del Instituto CAECBA
Miembro fundador de la Asociación Argentina de Protocolo
@ProfesorGavalda
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