De eventos e impensadas incomodidades
Desde hace un tiempo, considerable por cierto, la organización y puesta en marcha de la mayoría de los eventos sufren expresiones rayanas en la incomprensible: alimentos presentados en frascos o sobre piedras son claros ejemplos.
Particularmente la disposición de la mesa y de los sitios de comensal han sido invadidos y regidos por el principio rector de la estética, en el mejor de los casos, perdiéndose lo funcional.
Es dable entender y comprender que si bien es grato recrear la vista con novedosas y vistosas maneras de presentar las cosas, en estos casos lo primordial es facilitar el encuentro fraterno en torno a las mesas, porque básica y fundamentalmente ese el motivo por el que nos reunimos en ágape.
Para ser preciso me refiero puntualmente a la distancia que debe mediar entre cada comensal, la que no debe ser menor a 60 cm entre el centro de un plato de posición y otro.
A este caos protocolar, incentivados por la industria gastronómica básica pero no exclusivamente, debemos agregar el aporte de los invitados: celulares, cigarrillos, cámaras de fotos entre otros. Elementos que coadyuvan a distorsionar el lugar destinado a tratar los alimentos y las bebidas.
Llegamos a prescindir de la imprescindible: plato de pan, copas y demás elementos individuales para cada convidado, propiciando por omisión o ignorancia lo otro.
Que la ambientación reine en todos los lugares, incluso en los comedores, pero claro está, con la mesura, espacio y disposición necesaria para que comamos sin complicaciones.
Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro Presidente del Instituto CAECBA @ProfesorGavalda #ceremonial #protocolo #institutocaecba #profesorgavalda #elartedecomer
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